Los registros akáshicos no son algo nuevo. La humanidad ha hecho referencia a estos «archivos» a lo largo de la historia en las diferentes filosofías o religiones.
Los sacerdotes en la antigüedad, decían que eran los únicos que podían acceder. Por el contrario, algunas tradiciones esotéricas, a lo largo de la historia nos han dicho, que todos con el debido aprendizaje podemos llegar a ellos.
El origen de los registros akáshicos, se remonta al principio de los tiempos, cuando se origina el universo, los cuatro elementos, la luz y la oscuridad.
Los registros akáshicos son las memorias del recorrido del alma, desde su origen, la fuente, hasta su regreso a ella.

Han sido llamados, «libro de la vida» en el antiguo testamento. «Tablas de Thot» para los egipcios. En el islam la «tabla eterna» . También podemos encontrarlos como «Papiros de luz» o «Rollos etéricos».
Los griegos, persas, caldeas, egipcios e indígenas de distintas partes del mundo nos hablaban ya en sus escritos de los registros akáshicos.
Todo lo que sucede en el cosmos deja una impresión permanente en la energía sutil o akasha.
Los registros akáshicos no son algo físico, forman parte de la 5ª dimensión. Nosotros no podemos viajar con nuestro cuerpo físico. Debemos conectar con nuestro espíritu, el cual se proyecta a la 5ª dimensión y accede a los registros donde se encuentra el libro de tu alma.
La información y el beneficio que podemos obtener es ilimitado. Lo único que debemos tener en cuenta es que solo nos facilitaran la información que debemos saber en este momento para nuestra evolución.
Los registros akáshicos nos ayudarán a tomar decisiones, a sanar nuestro pasado, enfocarnos en nuestra misión de vida, recibir mensajes de seres queridos trascendidos o incluso recibir inspiración.
Y tú… ¿Te atreves a escuchar el mensaje de tu alma?
Recibe un enorme almabrazo.
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